Por mucho que te guste oler siempre, es normal emitir algunos olores desagradables después de un entrenamiento intenso o después de comer un plato lleno de ajo.
Por lo general, estos olores desagradables desaparecen después de bañarse o cepillarse los dientes. El problema es cuando persisten incluso cuando ya ha tomado todos los pasos necesarios.
Los olores corporales son tabú en nuestra sociedad porque están asociados con malos hábitos de higiene. Sin embargo, esto no siempre es la causa de estos olores extraños.
Cuando los olores de nuestro cuerpo cambian, pueden ser una señal de que algo no va bien.
Conozca cinco olores corporales que no deben ignorarse, ya que pueden ser un signo de algunas enfermedades:
1. El aliento afrutado puede ser un signo de diabetes.
Si nota o si alguien le advierte que tiene un olor ligeramente afrutado en el aliento, esto puede ser un signo de diabetes. Este síntoma surge de la cetoacidosis diabética, una complicación de esta enfermedad.
La cetoacidosis diabética ocurre cuando el cuerpo tiene una caída en la insulina o un pico en el azúcar en la sangre. Debido a que el cuerpo no puede obtener energía adecuadamente, comienza a descomponer los ácidos grasos como compensación.
Uno de los productos resultantes de esta descomposición es la acetona (lo mismo que el quitaesmalte), que puede dejar un olor afrutado en el aliento del paciente.
La cetoacidosis diabética puede causar vómitos y micción frecuentes, lo que lleva a la pérdida de líquidos e incluso la muerte. Por lo tanto, cuando note este olor en su aliento, asociado con otros síntomas de diabetes como fatiga, visión borrosa y pérdida de peso sin ninguna razón, siempre busque atención médica.
2. El olor del pie puede indicar el pie de atleta
El mal olor en los pies es muy vergonzoso, ya que a menudo se asocia con una mala higiene. Esto, sin embargo, no es del todo cierto: la causa de este mal olor puede ser el pie de atleta, también conocido como sabañones.
El pie de atleta es una infección micótica, una tiña, que se puede transmitir fácilmente a otras partes del cuerpo u otras personas al tocar o compartir zapatos, toallas y ropa de cama. Precisamente por esta razón, siempre es más seguro usar pantuflas cuando se baña o cambia de lugar, como los gimnasios.
Por lo tanto, si nota que además del olor de los pies, sus pies tienen piel seca alrededor de los dedos, enrojecimiento y ampollas, es recomendable consultar a un dermatólogo para diagnosticar y tratar la infección.
3. Las heces muy malolientes pueden ser un signo de intolerancia a la lactosa.
De acuerdo, no hay heces perfumadas, pero si tienen un olor más desagradable de lo normal, esto puede indicar una intolerancia a la lactosa.
Otros síntomas de esta afección que a menudo aparecen simultáneamente son hinchazón abdominal, gases malolientes y disminución de la consistencia de las heces.
La intolerancia a la lactosa ocurre cuando el intestino delgado no puede producir suficiente enzima lactasa y, por lo tanto, no puede digerir la lactosa. Por lo tanto, la lactosa no pasa al torrente sanguíneo, sino al colon, donde es fermentada por bacterias intestinales.
El resultado de este proceso es precisamente el olor a heces más desagradable y otros síntomas de intolerancia a la lactosa.
4. La orina con fuerte olor puede significar infección del tracto urinario
Las infecciones del tracto urinario pueden conducir a la producción de orina con un olor penetrante, casi parecido a alguna sustancia química. Esto sucede cuando bacterias como Escherichia coli ingrese a la uretra y multiplique en la vejiga, causando una infección.
Las infecciones del tracto urinario son más comunes en mujeres que en hombres porque nuestra uretra es más corta, lo que facilita el ingreso de bacterias. Entonces, si nota un olor diferente en su orina, asegúrese de buscar atención médica.
5. El mal aliento puede ser un signo de apnea del sueño.
¿Tiene buenos hábitos de higiene bucal y siempre se cepilla los dientes antes de acostarse, pero su respiración matutina sigue siendo muy desagradable? Esto puede ser un signo de apnea del sueño, un trastorno que hace que las personas dejen de respirar esporádicamente mientras duermen.
La apnea del sueño puede provocar ronquidos excesivos, lo que hace que respire por la boca por la noche. Esto provoca una sequedad de la mucosa oral, lo que favorece la multiplicación de bacterias y la producción de un gas sulfuroso, que huele a huevos podridos.
Si el mal aliento matutino se acompaña de somnolencia diurna y ronquidos excesivos, vale la pena consultar a un médico. Además de presentar estos síntomas desagradables, la apnea del sueño se ha relacionado con enfermedades cardíacas, hipertensión y diabetes, lo que refuerza la necesidad de tratamiento.