Con el ritmo de vida acelerado que lleva la mayoría de las personas en estos días, es difícil para ellos no sentirse física y mentalmente cansados. Enfermedades como el estrés se han vuelto tan comunes precisamente porque la mayoría de las personas no se dan cuenta de cuánta prisa y ansiedad terminan contaminando su vida diaria.
Si puedes identificarte con esta descripción, ¿qué tal si tomas una mirada tranquila a tu vida y eliminas los hábitos que agotan tu energía? Consulte una lista de cinco consejos para que se sienta más dispuesto.
1 – Organiza tus tareas diarias
Hacer una lista de las actividades que necesita hacer durante el día es una buena manera de evitar las prisas y lo inesperado. Anota las citas y los horarios en los que piensas fijarlas en un papel para que puedas gestionar tu día de acuerdo a lo que tienes que hacer. Al organizar su rutina de esta manera, es menos probable que se olvide de una tarea y, por lo tanto, evite las prisas y el estrés innecesarios. Así, los imprevistos que surjan se resolverán entre las principales tareas.
2 – Come correctamente
La falta de tiempo no es excusa para no comer adecuadamente, porque comer debe ser una prioridad y no una preocupación secundaria. Cuando consume alimentos livianos, evita que su cuerpo use energía preciosa para digerir lo que comió, y esto es importante porque esta misma energía se puede aplicar en otras actividades, como trabajar, estudiar y resolver problemas.
Una mala alimentación también puede, a la larga, comenzar a dañar el cuerpo de manera más directa. Los problemas de estómago, por ejemplo, además de ser muy incómodos, suponen un gran retraso en la vida, porque muchas veces el dolor es tan intenso que la persona es incapaz de realizar sus actividades diarias.
3 – Haz ejercicio con regularidad
No es necesario ir a un gimnasio si no tienes el tiempo o el dinero para ello. Sin embargo, moverse es esencial. Ya sea una caminata, una clase de baile, o incluso bailar en casa, yoga, Pilates, lo que sea. La actividad física no te cansará aún más, al contrario de lo que pueda parecer, pero sí liberará hormonas en el cuerpo que te darán la sensación de estar más dispuesto a realizar las tareas cotidianas.
4 – No quiero abrazar el mundo
En resumen, no se comprometa con más actividades de las que puede realizar. Hacer demasiadas cosas a la vez puede dar la impresión de que su día «está dando sus frutos» más, pero a la larga, el efecto es el contrario.
Con la acumulación de responsabilidades, la mente y el cuerpo se cansarán más y comenzarán a exigir el ritmo acelerado al que estuvieron sometidos durante un cierto período de tiempo.
Así que trata de hacer una cosa a la vez y no abarrotes tu día con tareas para las que en realidad tendrías que tomar dos para realizarlas.
5 – Valora tu sueño
Despertarse más temprano y acostarse más tarde son conductas que pueden admitirse de vez en cuando pero que no pueden, bajo ninguna circunstancia, convertirse en un hábito. Dormir entre siete y ocho horas todas las noches es respetar los límites de tu cuerpo y mente. Este período es necesario para que se recuperen de todo lo que hicieron durante el día y puedan estar completos para volver a hacerlo al día siguiente. Siempre que pueda, tome una siesta. Sus efectos reconstituyentes son inmensos y siempre te sentirás preparado para afrontar lo que necesites hacer.